Aunque no sepas nada de música, gracias a nuestros expertos percusionistas y a los juegos de comunicación y cooperación que practicaremos, lograremos crear una increíble composición musical entre todos, además de fabricar instrumentos con una “meta solidaria”.

Para comenzar, los participantes, en grupos, construirán cajones flamencos con sus propias manos, y la ayuda de nuestros expertos maestros percusionistas.

Un cajón flamenco se compone de piezas de madera en laterales, superior, inferior y trasera (con un agujero de un diámetro definido) y la delantera, cuyo material es distinto de las demás, y es la que le da el sonido característico a cada cajón.

Una vez montado el instrumento, habrá que decorarle.

Para ello contaremos con:

       – Adhesivo de montaje

       – Tornillos y destornilladores

       – Material auxiliar (cinta, puntas…)

       – Material decoración…

Una vez construidos y decorados, los cajones serán evaluados por nuestro experto jurado, para nombrar los mejores, los cuáles serán obsequiados con un diploma y premio a definir (cabe la posibilidad de que los elegidos sean indultados y conservados por el cliente o expuestos en sus instalaciones).

Estos cajones serán posteriormente donados para su uso por operadores sociales sin ánimo de lucro (por ejemplo asociación AFANDEM de personas con diversidad funcional intelectual y psíquica para su uso en los talleres musicales y de desarrollo cognitivo que se realizan en su tarea cotidiana).

Posteriormente, pasaremos a realizar el taller de creación musical.

Todos los participantes dispondrán de su propio instrumento, divididos por tipo de percusión en función de los distintos talentos y habilidades de cada uno y podrán experimentar la sensación que se recibe al integrarse dentro de un todo, que es la música creada, que transmite al participante la unión y la fuerza del colectivo al que pertenece.

Se refuerza la sensación de trabajo en equipo global, con la intención y consecución de un mismo objetivo para todo el grupo.

Esta actividad consigue que el participante regrese a casa con la sensación de haber logrado algo que jamás hubiera pensado conseguir: crear música. y aún más difícil, crear música junto a sus compañeros afianzando su sentimiento de pertenencia al grupo, siendo uno solo; además de realizar una labor solidaria en equipo.